Julieta Tristán
La autoafirmación yoica
Actualmente prima el derecho a la “libre expresión” en un amplio sentido: cada persona o comunidad tiene la posibilidad de legitimar por diversos canales sus preferencias, elecciones, formas de vida, opiniones y afectos; desde lo social se lee como un progreso hacia una sociedad más tolerante y abierta que abre las vías para el empoderamiento y la superación personal. Y en cierto sentido es así. Pero a partir del tema que hoy nos convoca es posible ir haciendo lecturas sobre algunos fenómenos que impactan en la subjetividad de la época.
Influencer es la denominación de quienes se dedican a mostrar determinados estilos de vida “funcionales”: van estableciendo referencias y parámetros yuxtapuestos que son tomados por los followers como modelos globales a seguir. Con constancia y disciplina, configuran coordenadas sociales y producen efectos identificatorios masificantes. La youtuber y ahora empresaria Emma Chamberlain es a sus 22 años una de las jóvenes más influyentes a partir de sus videos y podcast llamados Anything goes que tratan sobre diversos temas como la moda, los afectos y la salud mental[1]. Lo que más se ha valorado de su estilo es la autenticidad, ese hablar sin pelos en la lengua y sin embellecerse con filtros ni maquillajes. Inclusive varios de sus videos se tratan de relatos sobre sus problemas como ataques de pánicos o momentos de depresión, en los cuales cuenta en detalle sus sufrimientos. Ante esto los followers aportan frases de consuelo, empatía, comprensión y confirman el me pasa lo mismo.
Es aquí donde ubico ese rasgo en el cual la expresión de la supuesta autenticidad del yo se devela como una estrategia para su afirmación con el consecuente velamiento de la división subjetiva. El recurso a la palabra en el slogan de hablemos de implica una especie de catarsis que se propone como una prótesis yoica más.
En este punto podemos tomar las palabras de Christiane Alberti: “La función de la palabra está afectada, escotomizada. Es una palabra en la que lo dicho está tomado al pie de la letra, sin incluir la dimensión de lo inconsciente: el sujeto equivale estrictamente a lo que dice, mientras que el psicoanálisis enseña que el sujeto siempre dice más de lo que sabe. Cuando habla, se traiciona a sí mismo: en las fallas de su palabra, que no domina, hay un más allá de lo que dice. Es ahí que la interpretación encuentra lógicamente su lugar. Hoy, el margen de la interpretación no está asegurado, ya que lo dicho se reduce a lo dicho.”[2]
A partir de la palabra escotomizada podemos ubicar una pregunta ¿Qué efectos tiene esto sobre el cuerpo hablante?
La paradójica apuesta del psicoanálisis
Ante las fallas de las ofertas yoicas, aparece la consulta como intento de lazo. Es la oportunidad de apostar al sujeto dividido en tanto sea posible, al surgimiento de un más allá de la palabra que produzca un pasaje al decir. Lacan en el Seminario 16 nos advierte que a partir de la asociación libre el psicoanálisis le hace una propuesta paradójica al sujeto, ya que implica que es llevado a ser cuestionado justamente en los significantes que lo sostienen. Lacan lo dice con la frase “no ser el que sostiene lo que se presenta”, y es ahí que nuestro lugar es justamente sostenerlo “durante todo el tiempo en que él no puede encontrarse respecto de la causa de su discurso.” [3]
Articulo esto con el término apuesta desde una nueva perspectiva: la del vértigo que entraña el lugar que nos toca en nuestra práctica analítica, en tanto que encarnamos algo desconocido que presta su sostén a la transferencia, ese loco nuevo amor que aloja, que hace posible atravesar una experiencia que es división, deser, contingencia. Y orientar al sujeto a enfrentarse con lo más íntimo y más extraño, con el único prójimo que tenemos según Lacan: “No hay prójimo salvo ese hueco mismo que hay en ti, el vacío de ti mismo”.[4]
En cada sesión, en cada análisis nos toca estar allí para hacer semblante de garantía, para que el sujeto no se extravíe demasiado, no sienta la angustia de la vida como desaparición, haga de sus marcas otra cosa que un destino trágico ineludible, le de carne, cuerpo y poder[5] a las palabras y acepte la disonancia introducida por lo real. Que el sujeto esté allí para hacer de un acto certidumbre es nuestra apuesta, a partir de una posición que es creencia, creencia que el padecimiento es en principio la materia con la cual el sujeto va construyendo, ensamblando, creando una salida singular, fuera de la normalidad pretendida y más allá de las clasificaciones y de cualquier imposición identificatoria, sustento de todo ejercicio de poder. ¿Podremos considerar entonces el bien decir en la experiencia analítica como un acercamiento a una autenticidad diferente a la propuesta por la época? Entiendo que la apuesta del psicoanálisis será siempre dar un paso más hacia la potencia creadora del decir.
[1]Javi Lara. “Emma Chamberlain y la autenticidad en redes sociales”. Revista Revista. Publicado el abril 11, 2022 abril 13, 2022. https://revistarevista.com/emma-chamberlain-autenticidad-redes-sociales/
[2] Alberti, C. “Libertad de expresión. ¿Es la verdad amable?”. Intervención en el marco de la Permutación de buró de la FAPOL, 25 de junio de 2022. Libertad de expresión ¿Es la verdad amable? – FAPOL Español
[3] Lacan, J. Seminario 16 De un Otro al otro. Ed Paidós. Bs As. 2008. Pág 20
[4] Ibid., pág 24
[5] Ornicar? Decir. Pág 8. Grama Ediciones. 2023
Bibliografía
Alberti, C. “Libertad de expresión. ¿Es la verdad amable? Intervención en el marco de la Permutación del buró de la FAPOL, 25 de Junio de 2022. Libertad de expresión ¿Es la verdad amable? – FAPOL Español
Fajnwaks, F. “Cómo vivimos hoy. Nuevos goces: el cuerpo y la aversión por el lenguaje en el siglo XXI”. Colección Grulla. 2015
Lacan, J. Seminario 16 De un Otro al otro. Ed Paidós Buenos Aires. 2008
Miller, J. A. “Una Lectura del Seminario de un Otro a otro”. Freudiana N°55, 2007. España.
Ornicar? Decir. Grama Ediciones. 2023