No sin la lógica
Números y bucles
El orden de la serie de seminarios publicados de Lacan, bajo el establecimiento de Miller, realiza una especie de bucle temporal en el que se recorta un vacío. Los seminarios 20 y 11 cuentan con alrededor de 40 años desde su publicación en castellano, el seminario 17 ronda los 30. Hace aproximadamente 20 años se publicó el seminario 23. Entre 2008 y 2012 llegaron en orden sucesivo los seminarios 16, 18 y 19. Es así que la aparición del seminario 14, y la inminente publicación de su precedente, introduce dos importantes piezas intermedias en el corazón de este puzzle.
La noción de lo real, respecto de la cual Lacan afirmó en el 76 que la inventó ya que se le impuso, y que eso lo llevó a considerarlo su síntoma[2], aporta un modo muy interesante de ordenar las escansiones en su enseñanza. Es decir, en consonancia con los modos que va encontrando para bordear y localizar lo real, se pueden deducir inflexiones que reubican y resignifican el resto de los conceptos analíticos.
Ahora bien, los cursos dictados por JAM, que son nuestra brújula a la hora de abordar la obra de Lacan, no han seguido el mismo trayecto. En ellos, y sobre todo en la primera mitad de los años 80, la referencia fundamental de su enseñanza se basó en el abordaje del concepto del objeto a. La preponderancia de la fundamentación del estatuto lógico del objeto atraviesa de cabo a rabo los cursos Extimidad, 1,2,3,4, y Del síntoma al fantasma y retorno. Estos constituyen la base firme para su esclarecimiento de la última enseñanza.
Entonces, tenemos con la publicación de este seminario la oportunidad de recorrer con Lacan el corazón de su elaboración en un momento clave, sin la cual la última enseñanza que hace años nos ocupa no habría decantado. Quizás la fascinación que ha provocado el abordaje de esa etapa de su obra, la potencia y pregnancia de ciertos sintagmas y desarrollos puede haber actuado en detrimento, puede haber introducido efectos de-formación, al obviarse el necesario paso por estudio de la construcción, la formulación y la demostración lógica.
EL taller de Lacan
Así llamó, el año pasado, Jacques-Alain Miller al Seminario 14 en la entrevista a propósito de su publicación que le hizo Frédérique Roussel. Dijo allí: “Esa es mi fantasía. Siempre ha sido así, incluso durante la vida de Lacan. Este seminario es su taller, sigue varios hilos a la vez, y el punto de vista se desplaza lección tras lección. También marca una inflexión, ya que es entonces cuando Lacan comienza a darle a la lógica una importancia fundamental.”
El contexto del seminario no es menor. Acontece a tres años de lo que llamó su excomunión de la IPA, habiendo ya fundado la Escuela Freudiana de Paris y en simultáneo con la publicación de sus Escritos. Lacan es tomado por una marcada prisa en la elaboración que se propone. El producto de esa prisa permitirá, meses después de concluir su dictado, elevar su “Proposición del 9 de octubre…” Es decir, el taller del que habla Miller, es el taller de la formulación lógica del final de análisis en términos de atravesamiento del fantasma, y es el taller que le permite suplementar su propuesta de Escuela con una piedra angular como el dispositivo del Pase. Hay una dimensión política que emerge de la ética de las consecuencias que Lacan encarna a partir de su excomunión, por lo cual le urge fundamentar una lógica y transmitirla a su Escuela, para poder obtener el convencimiento que le permita implementar la solución a la que arriba respecto de la producción de analistas.
El estatuto lógico del objeto
Eric Laurente en la intervención que tuvo en Alicante, en la apertura del espacio de formación alrededor de La lógica del fantasma, remarcó el valor de “[…]seguir paso a paso cómo en el seminario se produce el pasaje del estatuto del objeto y cómo todo el andamiaje de la concepción del sujeto producido por la articulación dialéctica del universo significante es profundamente transformado”[3] Entonces, el seminario constituye una demostración respecto de cómo el fantasma se erige en el soporte de la función del objeto en tanto el mismo da cuenta de la relación al goce.
Dice Lacan “La a designa el objeto del mismo nombre, que ya les hice percibir como lo que cabría llamar la montura del sujeto. Esta metáfora implica que el sujeto es la joya, mientras el objeto a es la montura que lo soporta, lo sostiene, lo encarna”[4]
La lógica del fantasma constituye la trama, el tejido que es menester construir en el análisis, ya que de antemano funciona para el sujeto de modo coagulado como punto de articulación de goce y sentido; es decir, la construcción de esa lógica, con sus impases y declinaciones, en el trayecto de un análisis, es condición de posibilidad para que pueda efectuarse otra respuesta del lado del sujeto a la inercia de goce que imprime dicha coagulación.
Miller en su curso Extimidad hace una interesante puntuación respecto al tratamiento que habría que dar a estos movimientos lógicos en la obra de Lacan: “[…] el estatuto simbólico del objeto no impide que uno deba interesarse en el estatuto imaginario, así como el estatuto real no impide que se consideren los estatutos precedentes. […] debe darse cuenta sincrónicamente de lo precedente” [5]
Precisa a continuación que hay un movimiento en la conceptualización del objeto que se encuentra más escondido y lo ubica en el desplazamiento del objeto constituido a partir de su definición “como un aspecto material del cuerpo, como lo que se podría considerar una contingencia corporal, hasta su estatuto de consistencia lógica”. [6] Este movimiento es el que se despliega en el seminario. Encontramos a lo largo del mismo el ensayo en vivo, incesante, con idas y vueltas permanentes, en pos de la construcción de esa lógica. Cuando nos esforzamos en la elaboración clínica de nuestra práctica, cuando tratamos de dar cuenta respecto de lo que nos servimos para sostener la orientación por lo real, es como si recreáramos, de modo incesante, el esfuerzo de Lacan en este seminario. Cada caso nos exige dar cuenta, con la demostración lógica, de qué modo el objeto hace de engarce en el fantasma, por un lado, a todo el andamiaje del gran Otro, y por otro, respecto a cómo da cuenta del goce, ese goce que vía el fantasma entra en la contabilidad del inconciente.
En esta perspectiva Laurent afirmó que Lacan encontró una vía en los desarrollos de Winnicott respecto al objeto transicional a fin de otorgarle un estatuto lógico al objeto, dejando de lado la vertiente madurativa del objeto pulsional. Plantea que el problema fundamental que trajo a los kleinianos el desarrollo de Winnicott estaba dado por el hecho de que el objeto transicional no quedaba ubicado ni del lado del sujeto ni del lado del Otro; ni del lado de la madre ni del lado del niño. Esto abrió un espacio intermediario que Lacan definió como una superficie topológica. Esta puntuación permite entrever que este esfuerzo lógico alrededor del objeto dará pie a Lacan, años después, a servirse de la topología para dar cuenta del goce.
Actualidad del Seminario
En febrero tuvo lugar la “Cita con el Pase”. Una jornada en la que se conversó a partir de la presentación de siete textos actuales y siete primeros testimonios de los que habían sido AE en un periodo cercano en las distintas Escuelas. Sobre el final de la jornada, en la conversación alrededor de lo presentado por Davide Pegoraro, AE de la Escuela italiana[7], Miller tuvo una intervención sumamente enseñante. Obviando las imprecisiones que necesariamente interpone la traducción en simultáneo, dijo algo así como: “No entiendo nada…” Un “no entiendo nada” que en su boca resonó muy fuerte. La estructura lógica del caso había sido construida deduciendo la forma del objeto en el fantasma a partir de su lectura del lugar del padre en el fantasma materno. Esto formulado en la frase: “ser nada para el otro”. Miller señaló que él no encontraba allí una forma positivizada del objeto, tal como es necesario para dar cuenta su función de enchapado en la articulación fantasmástica. El objeto en el fantasma adquiere una forma positivizada, lo que constituye un más, un nudo que condensa goce y sentido, haciendo de tapón al vacío que vela. En el trayecto analítico se produce una operación de vaciamiento. Propuso entonces un deslizamiento a la versión anal del objeto; indicación que permitió reordenar de inmediato todo el caso cómo en un efecto cascada. La formulación fantasmática, el objeto, la operación de corte, el borde corporal recortado y la modalidad de goce, todo ya estaba allí. No puso énfasis, ni tampoco en cuestión, la invención implicada en el arreglo sintomhático; pero es como si con el seminario 14 en mano, con la lógica que en él Lacan enseña, hubiera reordenado de un plumazo el caso a partir de la puesta en cuestión del estatuto del objeto en la construcción fantasmática.
Finalmente me interesa volver a subrayar la necesidad del estudio de las conceptualizaciones de este seminario sosteniéndolo con la fórmula: “no sin”. No hay manera de hacer operativo lo que se aprehende respecto de la última enseñanza, si no se hace el recorrido necesario por estos desarrollos. Quisiera traer ahora un aforismo muy potente que da título a una intervención de Lacan ubicada en el corazón de los últimos años de su enseñanza: “Solo vale la pena sudar por lo singular”[8]. Aforismo que al ser desarrollado da cuenta de cómo en el análisis se trata de dar arduas vueltas en la dimensión aristotélica de lo particular para que pueda aislarse algo de lo que se juega a nivel de la dimensión singular, a saber el goce sinthomático. La construcción del fantasma, se instituye como algo imprescindible, implica dar las vueltas necesarias en el análisis en la dimensión de lo particular; solo así es factible que se abra la posibilidad de arribar a un final en el orden de la invención.
Comparto unos versos de una canción de Fito Páez titulada Naturaleza Sangre:
“La fiebre pasó
y la rabia también,
la lógica por fin
se nos deshizo en la boca.”
Me permito proponer para concluir una construcción, parafraseando a Lacan junto a Fito Páez: Es necesario en el análisis sudar con la lógica para poder constatar que por fin se nos deshizo.
[1] Noche del Directorio: “La Noche del fantasma. Actualidad del Seminario XIV”. 16 de abril de 2024
[2] Lacan, J., (1976), “La invención de lo real”, El seminario, libro 23, El sinthome, Paidós, Bs. As., 2006, p.130
[3] https://www.youtube.com/watch?v=uWsg4BXKuXg&ab_channel=InstitutoSeminarioCampoFreudianoAlicante
[4] Lacan, J., (1967), El Seminario, libro 14, La lógica del fantasma, Paidós, Bs. As., 2023, p.234
[5] Ibíd.
[6] Miller, J.-A., (1986), Extimidad, Paidós, Bs. As, 2010, p.177
[7] Pegoraro, D., “Un hueso de nada”, Revista Lacaniana de Psicoanálisis N°30, Publicación de la EOL, Bs.As., p.123
[8] Lacan, J., “Solo vale la pena sudar por lo singular”, Revista lacaniana de Psicoanálisis N°32, Publicación de la EOL, Bs.As., 2022, p.32
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Trabajos Presentados | · a las 11:25 am
[…] No sin la lógica, por Gustavo Moreno. Noche del Directorio La Noche del Fantasma. Actualidad del Seminario XIV, jueves 16 de abril del 2024. Sede EOL Buenos Aires. […]
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