La Escuela y el malestar en la cultura

Publicado por Gustavo Saraceno en

Rita Saposnik

Voy a partir de una frase de Lacan muy escuchada  y repetida en nuestra comunidad: “mejor que renuncie quien no pueda unir su horizonte a la subjetividad de la época”[1]. Es una frase extraída de Función y campo de la palabra y el lenguaje, discurso que Lacan pronunciaba en Roma en el  año 1953, vemos que no ha dejado de tener presencia y actualidad. Lacan fue un verdadero intérprete de su época, también del porvenir.

Hay una teorización  sobre el Malestar en la Cultura con Freud, es posible hacer también una lectura lacaniana de ese malestar.

Freud ordenaba a la cultura a partir del padre, la fuente del malestar en el sujeto era justamente renunciar, ceder a su deseo, aislando los efectos de la instancia super yoica, que se alimenta de mayor renuncia. Los desarrollos de Lacan a partir de la pluralización de los nombres del padre van a producir un corrimiento, ubicando la cuestión en relación al síntoma.

Estamos entonces en condiciones de decir que el psicoanálisis se presenta como una respuesta posible al malestar en la cultura y que a partir de él es posible ubicar, hacer una lectura de  ¿cómo se despliega ese malestar?, el psicoanálisis va encontrando modos de incidir en el campo social, creo que se va logrando, pero que es un tema que debemos de interrogar, nos  interpela, se trata de poder repensar de ver cómo nos planteamos esta cuestión, cómo salimos a la ciudad. Cómo dice Miller en El Banquete  de los Analistas, la causa analítica concierne a la cura, en el deseo del analista, pero por otro lado a la presencia del psicoanálisis en el mundo.

En la Editorial que  había tenido que  escribir de la  revista Resonancias N°6, El campo lacaniano y los discursos[2], fue muy orientador para mí en ese momento, una perspectiva que me resultó muy interesante de la que Éric Laurent había partido en una conferencia que había dado en la Biblioteca Nacional en el año 2007. Decía algo así: en lo contemporáneo el partenaire del psicoanalista es la civilización y no al revés, esto implica una apuesta, el analista en su consultorio podía analizar el discurso del inconsciente mediante su poder interpretativo, la misma noción de  inconsciente de Freud rompe con un  orden establecido, hay otra realidad, la realidad psíquica. Del mismo modo el concepto de real de Lacan  condiciona la realidad, como el mismo Lacan lo decía, lo real influye en la realidad. Entonces por medio de la interpretación analítica, el analista ejercía sobre la  civilización, pero en lo contemporáneo bajo los discursos imperantes nos encontramos frente a una mutación, la relación entre civilización y psicoanálisis se ha modificado, esa relación no es más una relación de envés; se trata mas bien de mantener un diálogo con nuestro partenaire, civilización.[3]

Lacan en La Tercera, que es en verdad su intervención en el VII Congreso de la Escuela  Freudiana de Paris, también en Roma, dirá que el porvenir del psicoanálisis dependerá de ese real, que la ciencia y los gadgets nos imponen de un modo verdadero, a tal punto de que los analistas decía, podríamos quedar reducidos a no ser más que cierto tipo de gadgets.[4]

Por otra parte también en LaTercera lanza un  interrogante acerca de que si el psicoanálisis es un síntoma y si el síntoma viene de lo real. Entendiendo que lo real en su  última definición  es lo que no tiene sentido y sin embargo, encuentra en el síntoma un representante en el campo del sentido. ¿De qué sentido se trata? , no se trata del sentido, sino del goce del síntoma  y agrega que el sentido del síntoma dependerá del porvenir  de lo real, es decir del éxito del psicoanálisis. Es necesario que el psicoanálisis fracase porque si triunfa se extinguirá, para ello es que el psicoanálisis debe fracasar. Esta es la paradoja en la que nos encontramos.[5]

También  Lacan nos dirá que lo más estimulante es que el analista dependa de lo real, tiene la misión de combatirlo, con la advertencia también muy conocida de que “Lo real puede desbocarse, sobre todo desde que tiene el apoyo del discurso científico”[6], bajo la dictadura del plus de gozar, lo que le permite decir: que esta es la civilización del goce.

De todos modos el síntoma, como solución, la de cada uno, en su carácter de real ineliminable, se interpondrá siempre para impedir que las cosas marchen. Se trata de como incidir, haciendo una lectura de los síntomas en nuestra civilización, sin dejar de considerar que la orientación en la época es silenciar a los sujetos. Aunque si nos dormimos, “si no somos más listos”, dice Miller: “La pregunta acerca del fin del psicoanálisis está abierta desde hace bastante tiempo sin que nos hayamos dado cuenta”. Es destacable que Lacan la haya formulado en 1964 y en 1967, en los albores de su crecimiento (…) “En consecuencia, para que perdure se necesitan psicoanalistas que se orienten suficientemente bien como para ayudar y contribuir, no tanto para oponerse a aquello que en la civilización sería susceptible de apagar el psicoanálisis, sino para examinar lo que podría llamarlo también, necesitarlo”[7]

J.- A. Miller ha marcado una clara orientación, es a  partir de su “dócil a lo trans”, que podemos interpretar dócil a lo nuevo, a lo diferente, a lo singular a lo heterogéneo a lo no segregativo.

 A partir de la propuesta de esta Noche de Escuela hice una pequeña inversión, introducir el malestar en la civilización para poder pensar el malestar en la Escuela, algo ya pudo ser incluido en la conversación anterior, con la presencia de Daniel Millas y los trabajos aportados por Loly Dueñas y Leandro Picigeli.[8]

Miller en El Banquete de los analistas orienta a trabajar por la vía del desacuerdo cortés, también en presencia de la discordia, el analista precisamente es el intérprete de la discordia de los lenguajes, del desacuerdo de los seres sexuados.

Así como decimos que la relación sexual no existe, no hay la proporción sexual, tampoco la hay en la Escuela.

En  Teoría de Turín… Miller dice: que la  Escuela debe preservar su inconsistencia como su bien más preciado, del lado de la institución como lo ubicaba Daniel Millas en la Noche de Escuela[9] pasada, es necesario cierta consistencia, un orden que permita la organización. Agrego también otra cuestión que también señala, que me parece muy importante por el momento en el que nos encontramos en la Delegación, algo de lo que nos planteaba Luis Tudanca en el Acto de fundación[10]. La Escuela no acaece sólo al final del proceso, surge mucho antes y prosigue mucho después de su fundación. Cito a Miller. “La Escuela es una formación colectiva en que la verdadera naturaleza de lo colectivo es sabida .No es una colectividad sin ideal, sino una colectividad que sabe lo que es el ideal”[11]

En la Escuela que Lacan quería, él decía que quería camaradas que presten servicio, ayuda y no personas que edifiquen su posición.

Esta orientación fue retomada por la Declaración de la Escuela Una “el sentimiento de compartir las mismas referencias, el mismo destino en el psicoanálisis y de construir un solo y único movimiento mundial”[12]

Para finalizar por hoy voy a tomar una frase que extraje del trabajo de Éric Laurent del que  tomé estas últimas referencias que se llama El lazo social de la Escuela Una: Si el “gran relato”….. de la Escuela le permite de continuo inventarse de nuevo, es porque desde el procedimiento del pase hasta” la Escuela como experiencia… nos inspira esa política particular de la experiencia del desacierto.”[13]


[1] Lacan. J.(1953), “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”  en Escritos 1, Buenos Aires Argentina, Siglo Veintiuno, 1987, p.309

[2] Saposnik, R. “Editorial” en Revista de Psicoanálisis Resonancias N°6 Del IOM2 Nuevo Cuyo El campo lacaniano y los discursos, Buenos Aires, Grama: 2019

[3] Laurent. É., “El lazo social en la Escuela”. Revista Enlaces Nro. 13, Año: 10, marzo 2008, Bueno Aires: Grama: pág. 6.

[4] Lacan. J.(1974), “La Tercera”, Revista Lacaniana de Psicoanálisis N°18, Buenos Aires, Grama Año: 2015.

[5] Ídem

[6] Ídem ,pág.17

[7] Miller.-A., “Jugar la partida”. Revista Enlaces Año: 22, N°26, Septiembre de 2020, Buenos Aires, Grama: 2020, p.11

[8] Noches de Escuela, 2  de septiembre de 2022, EOL Delegación Mendoza

[9] Ídem

[10] Tudanca L., Conferencia “¿Por qué una Escuela de psicoanálisis hoy?” Acto de Fundación de la EOL Delegación Mendoza, 13 de abril del 2022.

[11] Miller J.-A., “Teoría de Turín acerca del sujeto de la Escuela”, Consecuencias Revista Digital, N° 21, noviembre 2018. http.//www.revconsecuencias.com.ar

[12] Laurent. É., “El lazo social en la Escuela”. Revista Enlaces Nro. 13, Año: 10, marzo 2008, Bueno Aires: Grama: pág. 6.

[13] Ídem, pág. 8